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viernes, 14 de diciembre de 2007

BIZANCIO


En el año 657 a.C. un grupo de colonos procedentes de la ciudad griega de Megara alcanzaron las riberas del Bósforo y, dándose cuenta de su privilegiada situación geográfica, fundaron una ciudad a la que llamaron Bizancio, honrando así a Bizas, su mítico fundador y uno de sus reyes. Casi mil años más tarde, sobre los cimientos de esta antigua colonia griega -que había jugado un rol histórico secundario hasta entonces-, se funda la Nueva Roma, o Constantinopla, recordando a Constantino el Grande (305-337), su ilustre fundador, ciudad llamada a ser la capital de uno de los imperios más originales de la Historia y cuyo influjo se hizo sentir notablemente sobre las tres civilizaciones del Mediterráneo: la Cristiana Ortodoxa -que nombramos en primer lugar por ser heredera directa de Bizancio-, la Cristiana Occidental, y la Islámica. El Imperio Bizantino es una de las pocas formas políticas de su tipo con fecha de fundación precisa: el 11 de mayo del 330 d.C. Conocemos también con exactitud la fecha de su fin: 29 de mayo de 1453. Durante la mayor parte de esos 1123 años el Imperio Bizantino mantuvo su preeminencia como el "estado" más importante del Mediterráneo, llegando a configurar una identidad propia, una verdadera "nacionalidad bizantina", cuyos pilares eran una lengua común a todo el Imperio, el griego; una cultura propia que aglutinaba no sólo a griegos, sino también a armenios, anatolios, sirios y palestinos y, más tarde, eslavos; y,lo que proporcionó cohesión a este mundo, una religión común, el cristianismo, que adquiere características cada vez más distintivas frente al cristianismo católico occidental. Este mundo bizantino se presenta ante nuestros ojos como la maduración de la Civilización Grecorromana, pues supo añadir la unidad religiosa y cultural a la unidad política.

Los fundamentos de la Civilización Bizantina son:
a) Lo Helenístico, esto es, el helenismo parcialmente orientalizado, que se había extendido por gran parte del mundo Mediterráneo tras las conquistas de Alejandro Magno. Tan importante es este pasado que el cronista Miguel el Sirio (s. XII) dirá que el Imperio de Constantinopla, que para él comienza con el reinado de Tiberio a fines del siglo VI, es el Segundo Imperio griego, continuación del primero, identificado con los antiguos reinos helenísticos.
b) Lo Romano, ya que el Imperio de Bizancio es la continuación del Imperio Romano, y a éste debe gran parte de su organización política, administrativa, militar y financiera. Los bizantinos siempre se llamarán a sí mismos "romanos" -el término "heleno", hasta el siglo X, es sinónimo de "pagano"-, y el emperador será el "Basileus ton Romeion", es decir, "emperador de los romanos". Tales denominaciones se seguirán empleando aun en aquellas épocas en que el dominio del griego es total.
c) El Cristianismo, sin el cual es imposible comprender el espíritu bizantino. La religión se vivía entonces con una intensidad y un misticismo prácticamente incomprensibles actualmente, lo que explica muchos rasgos de la Civilización Bizantina que parecen chocantes hoy en día a una humanidad que ha confinado a un rincón marginal de su existencia la experiencia de lo sagrado. Bizancio, y esto constituye su genio, según Dionisios Zakythinós, supo llevar a cabo una síntesis entre lo helenístico, lo romano y lo cristiano; ello, por ejemplo, moderó las formas despóticas y absolutistas propias del Oriente. Este helenismo cristianizado se tornará cada vez más "bizantino". Lo cristiano estará siempre presente; en cuanto a los otros dos factores, predominará uno u otro según el período que se estudie. En esta oportunidad nos interesa detenernos en el ancestro helénico, para comprender por qué se puede hablar, con propiedad, de "Imperio Griego de Bizancio", de "Civilización Greco Bizantina", o de "Imperio griego Medieval".

En las etapas llamadas "Protobizantina" y de "Transición Latino-Griega", esto es, entre los siglos IV y VII, que marcan el fin del imperio Romano como tal y el comienzo del Imperio Bizantino, se da un proceso por el cual, de forma cada vez más acentuada, se abandona el ancestro romano para asumir una forma y un contenido cada vez más griegos. Ya la división del Imperio Romano en Occidente y Oriente, llevada a cabo por Teodosio I en 395, daba cuenta del reconocimiento de dos ámbitos culturales, uno latino y el otro griego, y desde esta época se estará frente a dos historias distintas y particulares. Mientras la Parte Occidental del Imperio sucumbe ante las acometidas bárbaras -ruralizándose, empobreciéndose y atomizándose-, la Parte Oriental logra sobrevivir -mérito suficiente para quedar en las páginas de la Historia- todo un milenio, conservando una rica vida urbana, una amplia circulación monetaria y un poder central vigoroso y consciente de su misión histórica: llevar a los pueblos bárbaros la luz de la Civilización Cristiana.
Justiniano (527-565), con justicia llamado "el Grande", es el "último" emperador romano y el "primero" del Imperio Bizantino. Fue bajo sus auspicios que se construyó la iglesia más grande, hasta entonces, de la cristiandad: la catedral de Hagia Sophia, dedicada a la Santa Sabiduría que debe iluminar al Imperio, y que hoy sigue en pie desafiando el paso de los siglos, testimonio inigualable del espíritu bizantino, verdadera joya arquitectónica y artística, decorada con hermosos mosaicos que aún conmueven interiormente a quien los contempla, y coronada con una majestuosa cúpula de treinta metros de diámetro que, al decir de los contemporáneos, parece estar suspendida en el aire. Los enviados del príncipe Vladimir de Kiev, en el año 988, nos legaron la siguiente impresión de la megalé eklesia (gran iglesia): "Los griegos nos condujeron a sus edificios donde honran a Dios, y no sabíamos si nos encontrábamos en el cielo o en la tierra, ya que en la tierra no hay tanto esplendor ni belleza y no sabemos cómo describirlo. Sólo sabemos que Dios habita allí entre los hombres y que su culto es más bello que las ceremonias de otras naciones. Nos será imposible olvidar tanta belleza".
Con Justiniano se cierra prácticamente el "ciclo latino" y triunfan las tendencias helenizantes. Por un lado, fiel a la tradición romana, se lanza a la aventura de reconquistar para el Imperio el Mediterráneo, empresa que no tuvo resultados duraderos y después de la cual Bizancio concentrará sus energías en el Oriente. Por otra parte, bajo su mandato se realiza una hercúlea labor de recopilación del Derecho Romano, el Corpus Iuris Civilis, en latín; sin embargo, es en su época cuando se comienza a legislar en griego, de más fácil comprensión puesto que era la lengua corriente en el Imperio. El patriotismo romano, así, cede ante el patriotismo griego, ya que es el griego, ahora, la "patrios foné", la lengua patria. El predominio de la lengua helénica en el oriente bizantino permitirá la comunicación fluida con el pasado helénico clásico y con la patrística cristiana que, como se aprecia en los escritos de San Basilio Magno o de Gregorio Nacianceno, se había nutrido del pensamiento filosófico griego. Efectivamente, la lógica aristotélica fue puesta al servicio del pensamiento teológico, convirtiéndose en la más estudiada por los teólogos bizantinos. Este contacto con el pasado clásico se mantendrá siempre en el Imperio, y puede decirse que el helenismo bizantino es a la Edad Media lo que el helenismo clásico es a la Antigüedad.
Se debe a Teodosio II (408-450), en 425, aunque existía ya una Escuela fundada por Constantino, la creación de la llamada "Universidad" de Constantinopla -en Occidente habrá que esperar siete siglos (!) para ver algo similar-, destinada a formar funcionarios idóneos para el Imperio; esta institución era, en palabras de Charles Diehl, "un admirable seminario de la cultura antigua". Rápidamente se impuso el griego como lengua de la enseñanza. Allí se realizaban estudios de gramática, retórica, dialéctica, derecho, filosofía, aritmética, música, geometría, medicina y física. Existían, además, otras Escuelas de Estudios Superiores en el Imperio, como las de Antioquía y Edessa, dedicadas especialmente a los estudios de teología; la de Beiruth, donde se estudiaba el derecho; las de Alejandría y Atenas, verdaderas capitales de la filosofía. Si bien esta última fue clausurada en el año 529 por un Decreto Imperial -a fin de terminar con la enseñanza pagana-, la filosofía griega continuó estudiándose en Bizancio, como algo propio y necesario, incluso por hombres de Iglesia. La importancia de la "Universidad" de Constantinopla queda de manifiesto al evocar la figura del armenio Mesrop (s.IV-V), quien aprendió el griego y la cultura helénica en sus aulas para después crear un alfabeto armenio que le permitiera traducir obras griegas a su lengua materna. La literatura armenia, pues, tiene su origen en esta institución de estudios superiores.
También en los niños la educación era esencialmente helénica. A los seis años se iniciaban los cursos de gramática griega leyendo y comentando a los clásicos; entre estos, se atribuía primerísima importancia a Homero, cuyos versos eran aprendidos de memoria. Miguel Psellós (s.XI), uno de los pensadores más importantes de la historia bizantina, se jactaba diciendo que a los catorce años podía recitar la Ilíada de memoria. A pesar de la distancia temporal, Homero sigue siendo "el educador de la Hélade", pues Bizancio es parte y continuación natural de ella. Pero, junto a Homero, no hay que olvidar la Biblia, también aprendida de memoria; en ella los cristianos encontraban enseñanzas morales, toda una filosofía de vida y, lo que explica algunos episodios decisivos de la Historia del Imperio, una respuesta trascendente frente a un mundo que en muchas ocasiones mostraba en forma dramática su caducidad. Es el espíritu cristiano -que se nutre de las Escrituras- el que esculpirá el ser histórico bizantino.
En esta primera época se destacan figuras de gran valor intelectual, como, por ejemplo, el neoplatónico Synésios de Cirene; el patriarca Juan Crisóstomo, destacado orador -su nombre significa "boca de oro"-, que escribe en un griego casi clásico; la emperatriz Athenais-Eudoxia, humanista y poeta, entre otros. Entre los últimos representantes de este brillante período no se puede dejar de nombrar al patriarca Sergio, en el siglo VII, quien estudió la historia y la filosofía antiguas estableciendo una relación de continuidad entre la época clásica y la suya. Todos ellos -y muchos otros- estudiaron las obras griegas antiguas, se preocuparon de escribir como sus antiguos maestros y, hecho de gran relevancia, comenzaron en Bizancio la labor de recopilación y copia de los manuscritos antiguos, conservando y difundiendo la herencia helénica.
Al finalizar este período, a principios del siglo VII, ya estamos frente a un Imperio griego y cristiano, hecho que quedó plasmado en el título imperial que adoptó en 629 el emperador Heraclio (610-641): "Basiléus Roméion Pistós en Christo", "Emperador de los Romanos fiel en Cristo". Podemos decir, recogiedo palabras de D. Zakythinós, que aún quedará parte de "la tradición romana, sí, pero enriquecida por la experiencia helenística, humanizada por la concepción griega de la dignidad humana y su noción del bien común, y temperada por el cristianismo".

Entre los siglos VII y IX se produce la llamada "Gran Brecha del Helenismo", abismo que separa dos paisajes históricos bien definidos. Es el fin de una era que, para los griegos, se remonta, sin interrupción, hasta la Antigüedad Clásica. En Grecia, durante dos siglos, entre 650 y 850, la vida se empobrece y la actividad intelectual parece detenerse. Unos graffitis de poco valor escritos en el Parthenón de Atenas constituyen la única fuente escrita del período. Es una verdadera "edad oscura", cuyos orígenes están relacionados con las invasiones ávaro-eslavas y búlgaras, que convulsionan la vida en los Balcanes. Pero también hay que buscar la explicación en un fenómeno más global: la crisis mediterránea, a escala "mundial", provocada por el ascenso del poderío musulmán. Pareciese que, en la misma Grecia, el helenismo ha declinado hasta la agonía. Bizancio, por su parte, no presenta un cuadro mucho más alentador: entre los siglos VII y VIII -aun cuando sabemos que, hacia el 680, Teodoro de Tarsos llega a Inglaterra portando manuscritos de varios autores griegos, entre ellos Homero, Flavio Josefo y Juan Crisóstomo, fundamento de un futuro despertar intelectual inglés- decaen notoriamente la instrucción pública y la actividad intelectual. El Imperio se enfrenta, en el occidente, a eslavos, ávaros y búlgaros, quienes se han adueñado de los Balcanes interrumpiendo de esta manera las comunicaciones con el Occidente Latino. En el oriente, Siria y Palestina, así como el norte de Africa, han caído en manos musulmanas. El Imperio queda reducido, prácticamente, al área tradicionalmente griega del Mediterráneo Oriental, lo que reforzará su caracter helénico.
A esta crisis exterior se suma otra interior, que conmocionó al Imperio por más de un siglo (726-843): la Querella de las Imágenes. La iconoclasia se nos presenta como la arremetida de las tendencias orientalizantes en contra no sólo del helenismo clásico y su aprecio por la belleza artística, sino también de una profunda convicción de los cristianos que ven en las imágenes (íconos) un medio para acercarse a lo Trascendente. En efecto, el arte bizantino no tiene como fin el mero goce estético, sensual, sino que debe producir una conmoción que eleve el alma hacia Dios: "per visibilia ad invisibilia", de los visible y corpóreo, hacia lo invisible e incorpóreo, decía el Pseudo Dionisio Areopagita. En la defensa de la veneración de los íconos los bizantinos se jugaban, pues, la Salvación de sus almas, y es ésto lo que explica la férrea disposición que manifestaron al defender sus creencias. El triunfo de los iconodulos, veneradores de imágenes, en 843 -la Fiesta de la Ortodoxia, verdadera efeméride nacional bizantina-, marca también el triunfo del helenismo cristianizado.

La "Gran Brecha" es un período crítico del cual Bizancio emergerá poderoso y revitalizado militar, política y culturalmente. Constantinopla es ahora una verdadera "reserva" del helenismo, y su población, totalmente griega, será ocupada en la repoblación de la reconquistada Grecia: en efecto, Bizancio salvó el helenismo incluso en la misma península balcánica, gracias aque había sabido apreciar y atesorar, conservándola vigente, la herencia griega. Es éste, sin duda, uno de los grandes aportes de la Civilización Bizantina a la Historia Universal.
Entre los años 850 y 1050 se vive en el Imperio un verdadero florecimiento intelectual -es el llamado "Renacimiento Macedonio"- en torno a los estudios clásicos. Un hito importante en este proceso lo constituye la reorganización de la Universidad de Constantinopla, obra del César Bardas, a mediados del siglo IX. En esta época se habla y se escribe en el Imperio un griego excelente, y en los siglos XI y XII en una forma muy próxima al clásico.
Sin duda que una de las figuras más destacadas de este período es la del patriarca Focio, tristemente célebre por el cisma eclesiástico que protagonizó. Su legado más importante lo constituye una obra conocida como la Biblioteca, selección y comentario de 279 obras, entre las cuales se cuentan autores griegos clásicos, helenísticos y cristianos. Focio prestó un gran servicio a la posteridad, ya que muchas obras de la Antigüedad las conocemos hoy sólo gracias a la preocupación del patriarca; hay que tener presente que tal repertorio bibliográfico es apenas un "botón de muestra" de los escritos conocidos y estudiados en la época. Otro libro de Focio, en el que demuestra su preocupación por la lengua helénica, es un diccionario etimológico, el Lexicon. Focio es, en verdad, el hombre que, después de la interrupción iconoclasta, supo ligar fuertemente y en forma definitiva a Bizancio con la Grecia clásica.
Al recordar a los grandes humanistas bizantinos, no se puede dejar de nombrar a Constantino VII Porphyrogénito, de mediados del siglo X, quien, si bien no fue un buen emperador, sí fue un intelectual de gran valor. Gracias a su obra Sobre las Ceremonias, conocemos en detalle el fastuoso ceremonial de la Corte de Constantinopla; en Sobre los Themas (provincias bizantinas) encontramos una excelente exposición y descripción de las provincias imperiales, involucrando geografía e historia; quizá su obra más relevante sea el De Administrando Imperio, dedicada a su hijo, un verdadero manual acerca de cómo debe dirigirse el Imperio, con una interesante descripción de sus pueblos vecinos y recomendaciones que el emperador debe seguir al entrar en relación con cada uno de ellos. Constantino VII se rodeó de una corte de sabios, destacándose como uno de los pocos casos de mecenas en la Edad Media.
Durante el siglo X se estudió con ahínco la filosofía aristotélica, platónica y neoplatónica. Del Oriente musulmán Abásida, donde en esta época se persigue a los cultores de la filosofía helénica, llegan a Constantinopla muchos sabios cargando con valiosos manuscritos, que se remontan a antiguas bibliotecas romanas, o que llegaron a Persia junto con la migración de maestros atenienses poco después de la clausura de la Escuela de Atenas. Esta verdadera migración de intelectuales que renuevan los estudios en Bizancio, es una prefiguración de lo que ocurrirá en Italia cuatro o cinco siglos más tarde. Bizancio ha logrado un equilibrio en esta época: se estudia el legado clásico y helenístico, utilizando términos y terminologías clásicas, pero ajustándolas a su atmósfera cristiana.

Aunque en crisis desde el siglo XI (podemos tomar como hitos el 1054, año del cisma religioso, o el 1071, el desastre bélico de Mantzikert, o los años que corren entre 1060 y 1090, cuando se produce la primera gran devaluación monetaria después de ocho siglos de estabilidad económica, hecho inédito en la Historia), y más profundamente desde el siglo XIII (cuando la Capital, en 1204, es ocupada y saqueada por los Cruzados, desmembrándose el Imperio), la actividad intelectual no se detiene: Ana Comnena y su Alexíada, el filósofo Manuel Psellós, o los tratados políticos de Nicéforo Blemmydes, dan buena cuenta de ello.
Finalmente, en los siglos XIII y XIV se vuelven a estudiar los autores clásicos y cristianos con renovado vigor, tal vez debido a que se tuvo conciencia del desastre que se aproximaba, de modo que se buscaba intensamente, frente a los tiempos adversos, un consuelo en aquel pasado esplendoroso, buscando allí las respuestas para las dramáticas interrogantes del momento. Sabios bizantinos de renombre, como Crisolaras o Gemistus Plethon, emigraron a Italia impulsando allí los estudios clásicos, primeros pasos del Renacimiento Occidental de los siglos XIV, XV y XVI, mientras que otros sabios griegos fueron acogidos en diversas cortes occidentales. No fue este el único servicio que el Imperio prestó a la Civilización Occidental: protegió a Europa, durante mil años, de las acometidas de las hordas bárbaras del Asia, dando tiempo al Occidente para organizarse. Bizancio, pues, defendió y civilizó en parte a la Civilización Cristiana occidental.
De esta época data también uno de los monumentos artísticos más impresionantes de Bizancio: la iglesia de San Salvador in Chora, verdadero relicario donde se guardaba el ícono milagroso de la Panagia Hodigitria, atribuido al apóstol san Lucas. Los mosaicos y pinturas de esta iglesia constituyen uno de los más egregios testimonios del arte bizantino, por la solidez conceptual de su programa iconográfico, su fino acabado artístico y la exposición clara de las tendencias clásicas del llamado "Renacimiento Paleólogo"; es uno de los más logrados y famosos monumentos de Constantinopla, y una de las galerías de arte más interesantes del mundo.
También el mundo musulmán recibió el legado bizantino. Ya hicimos notar que en 529 muchos intelectuales griegos emigraron a Persia, que poco más de un siglo después caería bajo dominio islámico. Avicena o Averroes, connotados estudiosos de la filosofía griega, especialmente de Aristóteles, deben a Bizancio el conocimiento de ella; este contacto con el mundo clásico llegará también a Occidente a través de la España musulmana. Los bizantinos estudiaron las matemáticas, pero su complicado e imperfecto sistema numérico no les permitió realizar grandes avances en dicha ciencia; los musulmanes recibieron esta herencia y la perfeccionaron magistralmente, pero no hay que olvidar que, en principio, recibieron este saber de manos bizantinas. Finalmente, recordemos que la arquitectura, religiosa o civil, del Oriente Islámico, fue en gran parte obra de arquitectos y artesanos bizantinos: de hecho, Bagdad, casi completa, fue levantada por éstos. Que los musulmanes hayan transitado desde una ruda cultura hasta una refinada civilización lo deben, en gran medida, al influjo bizantino.
La entrada de los eslavos en la Historia Universal es, también, obra de bizantinos, quienes los evangelizaron y civilizaron. Es durante la época de Focio cuando la expansión misionera de Bizancio se encuentra en su cúspide. En aquel tiempo, dos hermanos, Cirilo y Metodio, crean un alfabeto, el glagolítico -origen del actual alfabeto cirílico-, para traducir a la lengua eslava las Sagradas Escrituras. Serbios, búlgaros y rusos, principalmente, aunque también moravos e incluso croatas en un primer momento, recibirán el bautismo de manos de sacerdotes griegos, y cada uno de estos pueblos gozará de un privilegio que no existirá en Occidente hasta nuestro siglo: la liturgia en lengua vernácula. A la traducción de escritos religiosos siguió pronto la de obras profanas, integrándose las naciones eslavas a la cultura greco-bizantina. Los pueblos eslavos, así, deben a Bizancio, específicamente a Cirilo y Metodio -así como también a los desvelos del patriarca Focio y al apoyo del emperador Miguel III- su tradición literaria. Pero no sólo la religión y la literatura: recibieron de los bizantinos el Derecho, las formas de organización política, el pensamiento filosófico, la arquitectura y el arte. En resumen, Bizancio evangelizó y civilizó en forma completa y total a los pueblos eslavos, quienes, incluso, ampliaron el área de influencia bizantina: los búlgaros transmitieron este legado a los válacos -ancestros de los rumanos-, mientras que los rusos se lo enseñaron a los lituanos.

En 1453 circulaba una leyenda en Constantinopla: el último emperador se convertirá en una estatua de mármol que, por la Gracia de Dios, recobrará la vida cuando el mal haya pasado, para conducir a su pueblo, triunfalmente, ante el Juez Supremo. Sin poder salvar el Imperio, pues, se salva la imagen providencial del emperador. Esta fuerza mística va a ser rescatada por los pueblos herederos de Bizancio: los rusos formularán la doctrina de una verdadera translatio imperii, según la cual Moscú es la Tercera Roma, heredera legítima del Imperio Romano. Los griegos, por su parte, para quienes la historia de Bizancio es su propia historia, recordarán al Imperio en la época de su independencia, recuerdo que es admiración por el pasado y esperanza en el futuro.

ESTADOS EQUIVOCADOS


Incuestionablemente en la rigurosa observación del mí mismo, resulta siempre impostergable e inaplazable hacer una completa diferenciación lógica en relación con los acontecimientos exteriores de la vida práctica y los estados íntimos de la conciencia.
Necesitamos con urgencia saber donde estamos situados en un momento dado, tanto en relación con el estado íntimo de la conciencia, como en la naturaleza específica del acontecimiento exterior que nos está sucediendo.
La vida en sí misma es una serie de acontecimientos que se procesan a través del tiempo y del espacio...
Alguien dijo: «La vida es una cadena de martirios que lleva el hombre enredada en el Alma»...
Cada cual es muy libre de pensar como quiera; Yo creo que a los efímeros placeres de un instante fugaz, le suceden siempre el desencanto y la amargura...
Cada acontecimiento tiene su sabor característico especial y los estados interiores son asimismo de distinta clase; esto es incontrovertible, irrefutable...
Ciertamente el trabajo interior sobre sí mismo se refiere en forma enfática a los diversos estados psicológicos de la conciencia. Nadie podría negar que en nuestro interior cargamos con muchos errores y que existen estados equivocados...
Si de verdad queremos cambiar realmente, necesitamos con urgencia máxima e inaplazable, modificar radicalmente esos estados equivocados de la conciencia...
La modificación absoluta de los estados equivocados, origina transformaciones completas en el terreno de la vida práctica...
Cuando uno trabaja seriamente sobre los estados equivocados, obviamente los sucesos desagradables de la vida, ya no pueden herirle tan fácilmente...
Estamos diciendo algo que sólo es posible comprenderlo vivenciándolo, sintiéndolo realmente en el terreno mismo de los hechos...
Quien no trabaja sobre sí mismo es siempre víctima de las circunstancias; es como mísero leño entre las aguas tormentosas del océano...
Los acontecimientos cambian incesantemente en sus múltiples combinaciones; vienen uno tras otro en oleadas, son influencias...
Ciertamente existen buenos y malos acontecimientos; algunos eventos serán mejores o peores que otros...
Modificar ciertos eventos es posible; alterar resultados, modificar situaciones, etc., está ciertamente dentro del número de las posibilidades.
Empero existen situaciones de hecho que de verdad no pueden ser alteradas; en estos últimos casos deben aceptarse conscientemente, aunque algunas resulten muy peligrosas y hasta dolorosas...
Incuestionablemente el dolor desaparece cuando no nos identificamos con el problema que se ha presentado...
Debemos considerar la vida como una serie sucesiva de Estados interiores; una historia auténtica de nuestra vida en particular está formada por todos esos estados...
Al revisar la totalidad de nuestra propia existencia, podemos verificar por sí mismos en forma directa, que muchas situaciones desagradables fueron posibles gracias a estados interiores equivocados...
Alejandro Magno aunque siempre fue temperante por naturaleza, se entregó por orgullo a los excesos que le produjeron la muerte...
Francisco I murió a causa de un sucio y abominable adulterio, que muy bien recuerda la historia todavía...
Cuando Marat fue asesinado por una monja perversa, se moría de soberbia y de envidia, se creía a sí mismo absolutamente justo...
Las damas del Parque de los Siervos incuestionablemente acabaron totalmente la vitalidad del espantoso fornicario llamado Luis XV.
Muchas son las gentes que mueren por ambición, ira o celos, esto lo saben muy bien los Psicólogos...
En cuanto nuestra voluntad se confirma irrevocablemente en una tendencia absurda, nos convertimos en candidatos para el panteón o cementerio...
Otelo debido a los celos se convirtió en asesino y la cárcel está llena de equivocados sinceros...

65/


El verdadero amigo es aquél que está a tu lado cuando preferiría estar en otra parte.

64/

Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Michelangelo Buonarroti


Michelangelo Buonarroti nació el 1475 junto a Florencia y murió en Roma en el 1564, cuando iba a cumplir 89 años.Su larga vida transcurrió entre las dos ciudades, al servicio de los Médici y de los Papas. Fue una gigantesca y ejemplar personalidad artística; para mucha gente, el mayor artista de todos los tiempos.Miguel Angel sobrevivió más de cuarenta años a los otros dos grandes artistas del Cinquecento, Leonardo (+1519) y Rafael (+1520). Esto, unido a su fuerte personalidad, explica que su obra sea representativa del más puro Renacimiento, a la vez que superadora del mismo.En efecto, con Miguel Ángel entraran en crisis los valores renacentistas de equilibrio y armonía, serenidad y belleza, que se verán sustituidos por otros de carácter anticlásico, anunciadores de lo que será el Manierismo. Con Miguel Ángel se inicia, por tanto, la crisis del Renacimiento.
Aunque dejó notables obras arquitectónicas y pictóricas, él se consideró ante todo escultor. Y, en efecto, su vocación escultórica se manifiesta ya en aquellas.El aspecto dominante en la obra escultórica de Miguel Ángel es el que sus coetáneos llamaron terribilitá, esto es, el intenso dramatismo de sus figuras, pletóricas de fuerza fisica y de fuerza espiritual. Serenas exteriormente, parecen agitadas por una infranqueable energía psíquica que no encuentra salida en la acción fisica; de ahí su dinamismo contenido.
A lo largo de su trayectoria artística se aprecian cambios muy significativos. El primer Miguel Ángel es un escultor plenamente renacentista, que busca ante todo la belleza, la perfección, y sus ideales artísticos son el equilibrio y la armonía tanto del cuerpo como del espíritu de las figuras. En sus años últimos estamos ya delante de un artista que antepone al ideal de belleza la fuerza expresiva, que ejecuta figuras en actitudes inestables, distorsionadas, llenas de dramatismo y angustia espiritual, en clara contradicción con el ideal clásico de equilibrio y armonía. Es el triunfo del anticlasicismo manierista, la crisis del Renacimiento.Dos obras de idéntica temática reflejan perfectamente este cambio de valores en el artista: La Piedad del Vaticano, obra juvenil (realizada el 1498-99), y la Piedad Rondanini (empezada hacia el 1555 y que quedó sin acabar al morir). La primera, enmarcada en un esquema piramidal, es un conjunto delicado y suave, que transmite una sensación de armonía y calma; el rostro de la virgen como el cuerpo de Cristo está idealizados. El dolor de aquella es íntimo, evitando la tensión dramática; todo es serenidad, de cuerpo y de espíritu. Medio siglo después, en la Piedad Rondanini, Miguel Ángel busca ante todo la impresión patética, intenta expresar el dolor, no la belleza formal. Ha abandonado definitivamente la concepción clásica de la belleza que plasmó en la Piedad del Vaticano: los cuerpos de la Virgen y de Cristo, alargados y delgados, presentan una posición inverosímil y distorsionada; las dos figuras se fusionan configurando un tronco único sin seguir ningún esquema compositivo. Además, frente al fino acabado de la primera, la Pietá Rondanini presenta una textura áspera, totalmente despreocupada de la perfección anatómica y de la belleza externa. El artista ha optado por el antinaturalismo para presentar la expresión de su idea: la unión espiritual, íntima, de la Madre con el Hijo.


El David, de clara inspiración clásica, es otra obra de juventud; en ella, Miguel Ángel estudia la anatomía masculina de un joven que observa atentamente a su rival, preparando las fuerzas para el asalto. Es un ejemplo perfecto de la tensión contenida de las figuras de Miguel Ángel.
El Mausoleo de Julio II, grandioso proyecto escultórico pensado para ser colocado bajo la cúpula de san Pedro del Vaticano, fue el gran fracaso de Miguel Ángel. Éste, que emprendió con gran ilusión la obra, vio como el ambicioso proyecto inicial quedó reducido a un sepulcro mural colocado en la iglesia romana de San Pietro in Vincoli.
Una de sus piezas fundamentales, es el Moisés, máxima expresión de la terribilitá: la figura es grandiosa tanto espiritual como fisicamente: el rostro airado de Moisés refleja su cólera al ver como los suyos adoraban falsos ídolos. Para este mausoleo estaban destinadas también los famosos Esclavos, que Miguel Ángel dejara sin acabar, y que expresan como el alma humana, presa de la materia, lucha por liberarse. Tanto en los Esclavos como en el Moisés, está presente la influencia de Laocoonte, la escultura helenística descubierta en 1506 y que produjo un fuerte impacto en el arte de nuestro artista.
Otra obra genial de Miguel Ángel es el Sepulcro de los Médici, ubicado en la capilla funeraria que éstos tenían en la iglesia de San Lorenzo de Firenze: allí realizó los mausoleos de Guiliano y de Lorenzo de Médici; las figuras sepulcrales de los dos se nos ofrecen sentadas: el primero, con presencia de general romano, representa al hombre de acción; el segundo, en actitud pensativa (il pensiero) expresa el temperamento contrario. Apoyadas sobre las urnas funerarias aparecen cuatro figuras desnudas; los cuatro momentos principales del día: la tarde (el anciano decrépito de carnes flácidas), la noche (figura femenina pletórica de fuerza), la aurora (mujer desperezándose) y el día (joven lleno de vigor). En estas figuras -símbolo del poder destructor del tiempo- se impone el Manierismo: no descansan serenas, ya que su posición es inestable, resbaladiza, y están marcadas por la tensión y la tragedia.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

EL ESTADO INTERIOR


Combinar estados interiores con acontecimientos exteriores en forma correcta, es saber vivir inteligentemente. Cualquier evento inteligentemente vivenciado exige su correspondiente estado interior específico...
Empero, desafortunadamente las gentes cuando revisan su vida, piensan que ésta en sí misma está constituida exclusivamente por eventos exteriores...
¡Pobres gentes! piensan que si tal o cual acontecimiento no les hubiese sucedido, su vida habría sido mejor...
Suponen que la suerte les salió al encuentro y que perdieron la oportunidad de ser felices...
Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen recordando los viejos tropiezos y calamidades...
No quieren darse cuenta las gentes que vegetar no es vivir y que la capacidad para existir conscientemente depende exclusivamente de la calidad de los estados interiores del Alma...
No importa ciertamente cuan hermosos sean los acontecimientos externos de la vida, si no nos encontramos en tales momentos en el estado interior apropiado, los mejores eventos pueden parecernos monótonos, cansones o simplemente aburridores...
Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un acontecimiento, más podría suceder que se estuviese tan preocupado en el momento preciso del evento, que realmente no gustase en ello ningún deleite y que todo aquello se tornase tan árido y frío como un protocolo...
La experiencia nos ha enseñado que no todas las personas que asisten a un banquete o a un baile, gozan de verdad...
Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos y las piezas más deliciosas alegran a unos y hacen llorar a otros...
Muy raras son las personas que saben combinar conscientemente el evento externo con el estado interior apropiado...
Es lamentable que las gentes no sepan vivir conscientemente: lloran cuando deben reír y ríen cuando deben llorar...
Control es diferente. El sabio puede estar alegre más nunca jamás lleno de loco frenesí; triste pero nunca desesperado y abatido. sereno en medio de la violencia; abstemio en la orgía; casto entre la lujuria, etc....
Las personas melancólicas y pesimistas piensan de la vida lo peor y francamente no desean vivir... Todos los días vemos gentes que no solamente son infelices, sino que además y lo que es peor, hacen también amarga la vida de los demás... Gentes así no cambiarían ni viviendo diariamente de fiesta en fiesta; la enfermedad psicológica la llevan en su interior... tales personas poseen estados íntimos definitivamente perversos...
Sin embargo esos sujetos se auto-califican como justos, santos, virtuosos, nobles, serviciales, mártires, etc., etc., etc... Son gentes que se auto-consideran demasiado; personas que se quieren mucho a sí mismas...
Individuos que se apiadan mucho de sí mismos y que siempre buscan escapatorias para eludir sus propias responsabilidades... Personas así están acostumbradas a las emociones inferiores y es ostensible que por tal o cual motivo crean diariamente elementos psíquicos infrahumanos. Los eventos desgraciados, reveses de fortuna, miseria, deudas, problemas, etc., son exclusividad de aquellas personas que no saben vivir...
Cualquiera puede formarse una rica cultura intelectual, más son muy pocas las personas que han aprendido a vivir rectamente...
Cuando uno quiere separar los eventos exteriores de los estados interiores de la conciencia, demuestra concretamente su incapacidad para existir dignamente. Quienes aprenden a combinar conscientemente eventos exteriores y estados interiores, marchan por el camino del éxito...

60/


Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.

59/


El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos.

martes, 4 de diciembre de 2007

MOZART


Compositor austriaco del periodo clásico. Uno de los más influyentes en la historia de la música occidental. Nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo, y lo bautizaron con el nombre de Johannes Chrysostomus Wolfgang Amadeus Mozart. Estudió con Leopold Mozart, su padre, conocido violinista y compositor que trabajaba en la orquesta de la corte del arzobispo de Salzburgo.

A los seis años Mozart era ya interprete avanzado de instrumentos de tecla y eficaz violinista, a la vez que hacía gala de una extraordinaria capacidad para la improvisación y la lectura de partituras. Todavía hoy se interpretan cinco pequeñas piezas para piano que compuso a esa edad. En 1762 Leopold comenzó a llevar a su hijo de gira por las cortes de Europa. Durante este periodo compuso sonatas, tanto para clave como para violín (1763), una sinfonía (1764), un oratorio (1766) y la ópera cómica La finta semplice (1768). En 1769 fue nombrado Konzertmeister del arzobispado de Salzburgo, y en La Scala de Milán el Papa le hizo caballero de la Orden de la Espuela Dorada. Ese mismo año compuso Bastien und Bastienne, su primer singspiel (tipo de ópera alemana con partes recitadas). Al año siguiente le encargaron escribir su primera gran ópera, Mitrídates, rey del Ponto (1770), compuesta en Milán. Con esta obra su reputación como músico se afianzó todavía más. Mozart volvió a Salzburgo en 1771. El cargo de Mozart en la ciudad no era remunerado, pero le permitió componer un gran número de obras importantes durante seis años, eso sí, en detrimento de su situación económica. En 1777 obtuvo permiso para dar una gira de conciertos, y se fue a Munich con su madre.

A la edad de veintiún años Mozart buscaba en las cortes europeas un puesto mejor remunerado y más satisfactorio, pero sus deseos no se cumplieron. Marchó a Mannheim, capital musical de Europa por aquel entonces, con la idea de conseguir un empleo en su orquesta, y allí se enamoró de Aloysia Weber. Leopold envió a su esposa e hijo a París. La muerte de su madre en la capital francesa en 1778, el rechazo de Weber y el desprecio de los aristócratas para quienes trabajaba hicieron que los dos años transcurridos entre su llegada a París y su regreso a Salzburgo en 1779 fueran un periodo negro en su vida. Ya en su ciudad natal, Mozart compuso dos misas y un buen número de sonatas, sinfonías y conciertos. Estas obras revelan por primera vez un estilo propio y una madurez musical extraordinaria. El éxito de su ópera italiana Idomeneo, rey de Creta, encargada y compuesta en 1781, hizo que el arzobispo de Salzburgo le invitara a su palacio, en Viena, pero se sintió explotado y decidió marcharse. Se dedicó entonces a dar clases en una casa que alquilaron para él unos amigos. Allí compuso el singspiel, El rapto en el serrallo, encargada en 1782 por el emperador José II. Ese mismo año se casó con Constanze Weber, hermana menor de Aloysia; juntos vivieron acosados por las deudas hasta la muerte de Mozart. Las óperas Las bodas de Fígaro (1786) y Don Giovanni (1787), con libretos de Lorenzo Da Ponte, aunque triunfaron en Praga, no fueron bien recibidas en Viena.

Desde 1787 hasta la creación de Così fan tutte (1790, también con libreto de Da Ponte), Wolfgang no recibió nuevos encargos de óperas. Para la coronación del emperador Leopoldo II en 1791 compuso La clemenza di Tito, con libreto de Metastasio. Las tres grandes sinfonías de 1788 nº 39 en mi bemol, nº 40 en sol menor y nº 41 en do (Júpiter) nunca se interpretaron bajo su dirección. Mientras trabajaba en La flauta mágica (1791, con libreto de Emmanuel Schikaneder), el emisario de un misterioso conde Walsegg le encargó una misa de réquiem. Esta obra, inacabada por la muerte de Mozart, fue su última composición, que terminó Franz Süssmayr, discípulo suyo. Mozart murió en Viena el 5 de diciembre de 1791, se cree que por una dolencia renal crónica. Sólo unos pocos amigos fueron a su funeral. La leyenda por la cual el compositor italiano Antonio Salieri pudo haber asesinado a Mozart carece de todo fundamento.

A pesar de su corta vida y malograda carrera, Mozart se encuentra entre los grandes genios de la música. Su inmensa producción (más de 600 obras), muestra a una persona que, ya desde niño, dominaba la técnica de la composición a la vez que poseía una imaginación desbordante. Sus obras instrumentales incluyen sinfonías, divertimentos, sonatas, música de cámara para distintas combinaciones de instrumentos, y conciertos; sus obras vocales son, básicamente, óperas y música de iglesia. Sus manuscritos muestran cómo, salvo cuando hacía borradores de pasajes especialmente difíciles, primero pensaba la obra entera y luego la escribía. Su obra combina las dulces melodías del estilo italiano, y la forma y contrapunto germánicos. Mozart epitomiza el clasicismo del siglo XVIII, sencillo, claro y equilibrado, pero sin huir de la intensidad emocional. Estas cualidades son patentes sobre todo en sus conciertos, con los dramáticos contrastes entre el instrumento solista y la orquesta, y en las óperas, con las reacciones de sus personajes ante diferentes situaciones. Su producción lírica pone de manifiesto nueva unidad entre la parte vocal y la instrumental, con una delicada caracterización y el uso del estilo sinfónico propio de los grandes grupos instrumentales.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón


Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: el Cementerio de los Libros Olvidados. Allí, Daniel Sempere encuentra un libro maldito que cambiará el rumbo de su vida y le arrastrará a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad.La Sombra del Viento es un misterio literario ambientado en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, desde los últimos esplendores del Modernismo hasta las tinieblas de la posguerra. La Sombra del Viento mezcla técnicas de relato de intriga, de novela histórica y de comedia de costumbres, pero es, sobre todo, una tragedia histórica de amor cuyo eco se proyecta a través del tiempo. Con gran fuerza narrativa, el autor entrelaza tramas y enigmas a modo de muñecas rusas en un inolvidable relato sobre los secretos del corazón y el embrujo de los libros, manteniendo la intriga hasta la última página.

Los Cataros “Hombres Buenos”

Los Cataros, también llamados "Los Hombres Buenos" (se incluye también a las mujeres con el termino de “hombres”)
El Catarismo arraigó en Occidente, y de modo particular en las tierra de Occitania, al sur de Francia.
La amenaza que representaban los Cataros contra la Iglesia Católica de aquellas fechas, fue una excusa para tratarlos como herejes y rebeldes sociales, y a caballo de los poderes de la Iglesia y del Estado, exterminarlos.
Cuando los enigmas son quemados en las hogueras de la Inquisición, siempre quedan "cenizas" que pueden prender y dar forma a una apasionada historia de unos hombres, justos, buenos, piadosos, trabajadores y honestos, que en un momento dado de la historia, dieron muestras de ser heroicos valientes.
El catarismo fue una filosofía que recogió los conceptos mas humanos del cristianismo, Los Perfectos y las Perfectas (que así eran denominados) y que enseñaban esta nueva doctrina, se consideraban herederos de los apóstoles de un Jesús espiritual, nunca material, tenían como libro máximo al "Evangelio de San Juan"
La doctrina enseñaba la visión dualista del universo. Con sus dos principios antagónicos: el bien y el mal, la luz y la tiniebla. Pero ellos no se consideraban asimismo profetas como el persa Mani, el cual había acuñado el maniqueísmo compilando las doctrinas de Zoroastro, Buda y Jesús. Para ellos el mal poseía la misma fuerza real que el bien. Por lo que jamás debía ser ignorado y menospreciado. La creación del mundo la atribuían a un ángel malvado o Satán.
Y esto suponía que todo lo material simbolizaba lo negativo y pecaminoso. Por lo que la única solución para el ser humano de salvarse, radicaba en seguir las enseñanzas de Jesucristo, quien mostrara al mundo el camino de la redención.
Los Cataros consideraban pecado lo que la Iglesia romana consideraba pecado. Pero había una excepción: El Juramento y el homicidio. Para ellos estaban prohibidas las guerras y la muerte de los animales. Tampoco reconocían la autoridad de los Reyes, los Obispos y el Papa. Con sus actos lograron anular a los curas del Languedoc y por lo tanto se convirtieron en enemigos de la Iglesia Romana. El merito de los cataros se basaba esencialmente en que no mentían.
Todo lo que predicaban en el acto lo llevaban a la practica, no apoyándose nunca en el razonamiento hipócrita de "haz lo que yo te digo, pero no lo que yo hago" tan común en muchos sacerdotes.
Otra de sus virtudes era que a diferencia de los clérigos, trabajaban y no vivían de la caridad. Aceptaban dadivas y donaciones pero enseguida eran utilizadas en servicios a la comunidad, reparando las casas de los pobres, los pajares, construyendo pozos artesianos, etc. todo ello contribuyo mas tarde a la terrible persecución de que fueron objeto y a su aniquilación.
Toda esta confección de ideas era retomada por el sabio Manes y desarrollada bajo su nuevo concepto: el maniqueísmo. Las escrituras nos hablan de libros extraordinarios en el aspecto filosofal: "El libro de los Gigantes, El libro de la Rueda de las Recompensas y el Libro de la Pacificación Universal" También se habla de otro "La Kephalaia".
Esta cultura se extendió primeramente hacia el este de Persia, es decir Asia Central, India, Bizancio, China. Pero también se extendió a trabes de la cuenca mediterránea por Egipto, Cartago, Túnez y la región de Constantinopla, para llegar finalmente a la Europa Meridional por Italia y España. Juzgados como peligrosos por la religión ortodoxa y por Roma, los maniqueos fueron masacrados y perseguidos, yendo de país en país en la búsqueda desesperada de un edén de paz y tolerancia.
Para que el pensamiento maniqueo sea mas inteligible habría que remontarse en el tiempo y situarse en el periodo que va del año 200 a.C. al siglo III d.C. A lo largo de 500 años, el mundo intelectual intentó resolver el pensamiento de los enigmas del universo. A partir de las enseñanzas del sabio Manes se encuentran los elementos de la Gnosis que conciernen al descenso del espíritu a la materia.
Se produce la oposición maniquea Sombra luz, Materia Espíritu, Mal Bien, ambos de origen divino ya que proceden uno y otro de la divinidad creadora, de lo eterno. Se produce una lucha entre el Bien y el Mal. Los Maniqueos atribuían al Mal una existencia real. Concretamente era una sustancia, una fuerza que esta en la base misma de la materia. La sustancia original es decir el fuego se dividió en dos raíces vivas: una la luz que se desprende para brillar, y la otra el fuego oscuro y el humo, que se consumen en si mismos y tienden a materializarse para volverse, en nuestro periodo terrestre, una suerte de escoria tenebrosa.
La doctrina maniquea designa a este doble fenómeno con los términos de "terra lucida" es decir tierra de luz y "terra pestífera" o tierra de las tinieblas. Al demonio se le llamaba Hylé. Sin embargo posteriormente todo dimanó en la progresiva racionalización de conceptos entre el Bien y el Mal y un perfeccionamiento posterior algo confuso para ser explicado en pocas líneas originó el nacimiento de la doctrina catara que iremos poco a poco reseñando en esta sección de la web.
Así de esta manera poco a poco se fue creando esta doctrina que se desarrollo en Alemania y en las regiones francesas de Champagne y claro esta El Languedoc. Y aquí comienza todo lo referente a los Cataros...
Y es que el hombre de la Edad Media occidental, que rezaba, que luchaba, que trabajaba, según el reparto en tres órdenes de la sociedad, sentía el arte, la política, lo social, la vida, la muerte... en una palabra, el mundo que le rodeaba, en unos términos esencialmente religiosos.
La casi totalidad de sus referencias eran cristianas, ya que todo el saber estaba condensado en los monasterios y abadías. Su universo mental no podía salirse de esos conceptos religiosos. Y entendía su propia existencia como resultado de una creación. Toda su vida social y privada se centraba en su salvación y giraba en torno a un tema recurrente: Dios.
El mundo medieval vivía inmerso en la incultura general, y los aires de reforma que envolvían al pueblo cristiano, en busca de un regreso a los ideales evangélicos de pobreza, de pureza en las costumbres y de predicación de la palabra de Dios, estaban bastante cuestionados.
La Reforma Gregoriana, entre los siglos XI y XII, se convertirá en una primera tentativa de respuesta por parte de la Iglesia católica, a los nuevos problemas planteados por un cristianismo instalado en una Europa en paz, lejos de las antiguas luchas y batallas.
Los Clérigos y laicos, poco a poco saldrán con valentía a recorrer aldeas, poblados y ciudades, para predicar el Evangelio, sin preocuparles obtener ni la autorización de Roma, ni el derecho a traducir las Escrituras del latín.
Y en estas tierras, los cataros se hicieron famosos, y poco a poco fueron siendo conocidos también con el nombre de albigenses, nombre que se tomó de la famosa ciudad de Albi. Ello también afectaba a otras ciudades como Tolosa de Languedoc, Narbona, Carcassona, Beziers y Foix, entre otras.
Uno de los puntos centrales del propósito de vida cátara era la observación literal de los preceptos del Cristo y, especialmente de los imanantes del Sermón de la Montaña. Caracterizados por el rechazo total de la violencia, de la mentira, y del juramento, los cataros se mostraron a las poblaciones cristianas como unos predicadores (itinerantes y pobres individualmente) de la Palabra de Dios. Que como ya hemos dicho "Predicaban con el Ejemplo".
El nombre de cataros (del griego "puro") lo recibieron de los católicos. Ellos mismos se llamaban cristianos o "Hombres Buenos".Y su manera de concebir la religión puede ser considerada como un evangelismo de la época.
Esta situación no gustó ya desde el primer momento a la Iglesia Católica de Roma, y aunque se hicieron esfuerzos profundos por parte del Clero para llevar a los cataros a la ortodoxia católica, en ningún momento lo consiguieron sino que lograron que poco a poco crecieran sus adeptos.
La Iglesia intentó recurrir a las ordenes religiosas para que pusieran baza, pero ni cistercienses ni dominicos lo consiguieron. El asesinato en 1208 de Pedro de Castelnou, legado pontificio, en extrañas circunstancias, dio margen al Papa Inocencio III a cambiar de táctica y utilizar la violencia en contra de los Cataros.
Se inició así una verdadera cruzada contra los cataros. Esta cruzada fue una gran ocasión que se le brindó a la monarquía francesa del Norte para ocupar las tierras del Sur, más rico y civilizado. De esta manera la Iglesia consiguió adeptos que le ayudaran en el exterminio.
Esta violencia contra los cataros continuó años más tarde con los procedimientos empleados por la Inquisición y las posteriores hogueras colectivas ordenadas por los distintos brazos temporales de la Iglesia de Roma, para terminar con "gente indeseable y molesta" como para ella fueron en todo momento los Cataros.
Los Cataros renunciaban a los bienes materiales, a la pompa de una vida fastuosa, y practicaban indudablemente una verdadera fraternidad. Así los llamados "Revestidos" no poseían ningún bien terrenal, y al igual que los Esenios, vivían una existencia austera.
Se reunían principalmente en casas simples antes de la famosa persecución y posteriormente durante ella en simples cuevas o grutas, en los bosques. Y es que su concepción de la vida chocaba contra la fastuosa pompa de la Iglesia de aquellos tiempos.
Aunque atacaron el poder temporal de Iglesia, y la venalidad de los prelados y de los clérigos, no formaron nunca lo que hoy en día se podría denominar "Partido Político". Sin embargo posteriormente serian acusados vilmente de "Levantarse contra la Propiedad".
Impregnados de una profunda sabiduría y paz interior, afirmaban que los hombres no tenían derecho a juzgar a otros hombres. Consideraban que los móviles humanos eran demasiado complejos y demasiado secretos, como para que los jueces pudieran conocerlos y apreciarlos de manera ecuánime.
Solo aceptaban para los culpables sanciones educativas y reformadoras, que debían de estar cargadas de amor para con los culpables, nunca de odio. Los castigos, según su consideración no debían hacer que los delincuentes se revelasen, sino despertar en ellos el deseo de la enmienda.
En aquellos siglos de violencia, los cataros rechazaban la Pena de Muerte y extendían el respeto por la vida a los mismísimos animales. Los Revestidos, para evitar la violencia, no debían llevar jamás armas, no debían librarse jamás a un combate sangriento, ni por lo tanto hacer la guerra.
Su Credo consistía en el trabajo y en la mejora de sus conocimientos, diversificando sus oficios, y enseñando a los demás a practicarlos. Cuando eran atendidos en las casas, pagaban su manutención ayudando en las tareas cotidianas de las mismas, reparando cosas rotas, trabajando en el campo, ayudando en las tareas domesticas.
Si eran pagados, utilizaban la mayor parte de las pagas en la reconstrucción de casas de los pobres y necesitados, predicando con hechos y no con palabras vanas y desnudas, el voto de pobreza.
Los Cataros consideraban que la justicia aplicaba en los países cristianos era una Ley demasiado dura. Que era inhumana y maligna, ya que olvidaba el sentido caritativo del perdón, al considerar a todo reo "Culpable mientras no se demostrara lo contrario". Basaban sus argumentos en esta circunstancia: "En una sociedad gobernada por Lucifer, todo lo que se realice ha de ser diabólico. Los Jueces, los Señores y los Sacerdotes no tienen derecho a castigar, por que ven al acusado o al pecador como una victima, y no como un hermano al que se le debe brindar la oportunidad de arrepentirse".
Pocas veces tuvieron la oportunidad y ocasión de poder llevar a la practica su concepto real de "Justicia", aunque se dispone de un ejemplo muy característico.
En 1209, condenaron a un Barón acusado de asesinato a que se "arrepintiera" de su delito y luego ingresara en la Orden de los "Hombres Buenos". Se sabe que este noble renunció a sus Derechos Feudales, entregó sus tierras y vivió como el mas humilde de los Cataros.
Los Cataros basaron su eficacia en la predicación, dando ejemplo de lo que predicaban, por lo que causaron claro esta preocupación e inquietud en la Iglesia de Roma.
Su principal valor estaba en la dignidad personal de sus vidas. Sus actos y sus palabras, concordaban absolutamente. Los que les escuchaban no podían acusarles de hipocresía. Tenían la habilidad de aparecer como auténticos "Hombres Buenos".
Llevaban una vida dura y errante, huían a veces de alguna ciudad para dirigirse a otra, igual que ovejas entre lobos, y durante su represión, sufrieron persecución como los mismísimos apóstoles y los mártires. Sin embargo su vida continuaba siendo santa y austera, transcurriendo de abstinencia en abstinencia, consagrándose a la oración.
Su trabajo era constante. Algunos eran médicos, otros tejedores, otros trabajadores agrícolas. Y así en el ejercicio de sus funciones entraban en contacto con el pueblo creyente, al que consideraban que debían aleccionar y preparar para el "Bautismo Cátaro".
El Catarismo parecía dar respuesta a las cuestiones dejadas por la Iglesia Católica. Insistía en las espantosas denuncias de los monjes e incluso las ampliaba.
En los hechos que nos relata la Historia, se nos ocultan sistemáticamente las verdaderas razones del exterminio de miles de hombres y mujeres que, de puertas afuera, desdeñaban el cristianismo y sus dogmas.
Los historiadores silencian, en efecto, cuál era el ideario de aquellos hombres incomprendidos por el poder y el clero y a los cuales finalmente se les exterminaría a sangre y fuego. La excusa de luchar contra la herejía fue solamente la coartada que debía enmascarar los verdaderos fines que el exterminio encubría.
La tradición ocultista asegura que la noche antes de que cayera Montsegur, se descolgaron cuatro hombres de la fortaleza para poner a salvo El Tesoro Cátaro. ¿Qué era, en realidad este " tesoro “? Nadie, por supuesto, lo sabe, pero la mayoría de los comentaristas imaginó que lo que se puso a salvo era la " Sangre Real " de Jesús. No es coincidencia que el mito del Grial. Del Sangral, se incorporase a la naciente literatura europea a partir del exterminio cátaro.
En Ragusa (Sicilia) existe una misteriosa obra de arte propiedad del Conde de Gozcé, el cual en alguna ocasión declaró a algún visitante que este plato provenía del Sur de Francia. y que había sido cedido a su familia en el Siglo XIII por un cátaro tolosano exilado.
La decoración de ese plato representa la ilustración de la parábola del hombre y el unicornio, utilizada por el anciano Barlaam en sus enseñanzas al Príncipe Josafat. Y ahora empieza el enigma. El simbolismo es claro: el hombre perseguido por la muerte olvida el peligro de la caída en la boca del Dragón, retenido como esta por el hilo de miel, "Símbolo" de las "delicias" del mundo material. Nos aparece una vez mas la concepción catara que expresa el dualismo moral, la lucha del bien contra el mal, ilustrada por los colores blanco y negro de las "dos ratas que roen la raíz del arbusto, que a su vez representa el Árbol de la Vida".
En la concepción que tenemos de nuestro actual Padrenuestro los cristianos, hemos podido encontrar una sencilla oración que según los estudiosos era el Padre Nuestro de los Cataros, este rezaba así:
Padre Nuestro, que estas en los cielos, Santificado sea tu nombreVenga a nosotros tu reino Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo El Pan Nuestro, Supersubstancial, danoslo hoy Y perdona nuestra deudas Así como nosotros perdonamos a nuestros deudoresY no nos dejes caer en la tentación Mas líbranos del Mal Ya que a ti pertenecen el Reino, el Poder y la Gloria Por los eones de los eones Amen.
El Cátaro, Bernard Franca, Clérigo de la ciudad de Goulier, dejó escrita esta bella leyenda, que se puede entroncar en lo que después se llamaría "Breviario de las Leyendas Cataras":
Hace mucho tiempo, un pájaro muy especial surcaba el cielo, todo el mundo lo conocía con el nombre de pelicano, y también era sabido que entre sus costumbres estaba la de seguir el curso luminoso del sol. No tenia miedo al calor, ni tomaba un momento de descanso durante las horas diurnas.
Pero llegó la época del apareamiento, lo que le privó de su placer durante unos instantes. Después reemprendió el vuelo en busca de los ardientes rayos solares. Cuando puso los huevos, los cuidó con gran dolor, ya que esta situación le privaba de sus prolongados recorridos, amando sus queridos rayos solares. Por esto, intentó recuperar todo el rato perdido, dejando a sus crías en el nido, bien provistas de alimento suficiente.
No obstante, durante su ausencia, una bestia maligna llegó a su nido, y con saña y maldad desplumó y arrancó el pico a las crías del pelicano. En esta situación este animal encontró a su vuelta el nido. Muy disgustado, curó a sus "Hijos" y al día siguiente, volvió a marchar.
Pero los ataques malvados al nido se volvieron a producir, cada vez con mas saña, por lo que tuvo de olvidarse de su placer, con el fin de poder sorprender a su enemigo, por lo que se escondió allá donde no podía ser descubierto y de esta manera fue como pudo descubrir a la bestia maligna, dándole muerte. Así sus crías quedaron libres de toda amenaza, y al mismo tiempo, pudieron contar con una mayor compañía, ya que el pelicano escarmentado, repartió el tiempo de la vigilancia de su nido con la del gozo de volar detrás de los rayos del sol...
La explicación que los cataros daban a esta leyenda, resulta un tanto complicada, veían en el pelicano a Cristo, el cual perdió su luminosidad al ser engendrado por la Virgen Maria, pero que la recuperó una vez que venció sobre las fuerzas malignas de la tierra...
Lo que si queda muy claro es que, leyendas como esta, unidas a anécdotas como la de los símiles de animales, servían para aproximar la religión al pueblo.
Con estas leyendas conseguían que el Catarismo fuese netamente popular, sin dejar de poseer una gran cantidad de elementos esotéricos, es decir, "Una carga muy importante de enigmas y de misterios"
La herejía fue un desafió a la Iglesia Católica. El descubrimiento de este desafió causó una intensa crisis a finales del siglo XII. A este desafió, la Cruzada y la inquisición dieron una respuesta violenta. Y hay que entender la violencia y la brutalidad contra los cataros, a causa de la crisis del pontificado de Inocencio III.
Este controvertido Papa comprendió mejor que nadie de su tiempo que el catarismo había surgido en Occidente, por una grave carencia de la Iglesia. Es decir una catequesis inadaptada a los problemas cotidianos vividos por los laicos. Y una culpable vida de relajo de clérigos demasiado atraídos por las facilidades del mundo temporal.
Se sabe que las ideas que mantenían "El Perfecto" es decir el Cátaro y el creyente, es decir el ser normal, tenían una diferenciación de criterios abismales.
Los Cataros transmitían a sus hijos todos sus conocimientos...

sábado, 13 de octubre de 2007

ACUSARSE A SÍ MISMO


La Esencia que cada uno de nosotros lleva en su interior, viene de arriba, del Cielo, de las estrellas... Incuestionablemente la Esencia maravillosa proviene de la nota «LA» (La vía láctea, la Galaxia en que vivimos). Preciosa la Esencia pasa a través de la nota «SOL» (El sol) y luego de la nota «FA» (La zona planetaria) entra en este mundo y penetra en nuestro propio interior.
Nuestros padres crearon el cuerpo apropiado para la recepción de esta esencia que viene de las Estrellas...
Trabajando incesantemente sobre nosotros mismos y sacrificándonos por nuestros semejantes, regresaremos victoriosos al seno profundo de Urania...
Nosotros estamos viviendo en este mundo por algún motivo, para algo, por algún factor especial...
Obviamente en nosotros hay mucho que debemos ver, estudiar y comprender, si es que en realidad anhelamos saber algo sobre nosotros mismos, sobre nuestra propia vida...
Trágica es la existencia de aquél que muere sin haber conocido el motivo de su vida. Cada uno de nosotros debe descubrir por sí mismo el sentido de su propia vida; aquello que lo mantiene prisionero en la cárcel del dolor...
Ostensiblemente hay en cada uno de nosotros algo que nos amarga la vida y contra lo cual necesitamos luchar firmemente...
No es indispensable que continuemos en desgracia, es impostergable reducir a polvareda cósmica eso que nos hace tan débiles e infelices. De nada sirve engreírnos con títulos, honores, diplomas, dinero, vano racionalismo subjetivo, consabidas virtudes, etc., etc., etc.
No debemos olvidar jamás que la hipocresía y las tontas vanidades de la falsa personalidad, hacen de nosotros gentes torpes, rancias, retardatarias, reaccionarias, incapaces para ver lo nuevo...
La muerte tiene muchos significados tanto positivos como negativos. Consideremos aquella magnífica observación del Gran Kabir Jesús el Cristo. «Que los muertos sepulten a sus muertos». Muchas gentes aunque viven están de hecho muertas para todo posible trabajo sobre sí mismas y por ende, para cualquier transformación íntima.
Son personas embotelladas entre sus dogmas y creencias; gentes petrificadas en los recuerdos de muchos ayeres; individuos llenos de prejuicios ancestrales; personas esclavas del que dirán, espantosamente tibias, indiferentes, a veces «Sabihondas» convencidas de estar en la verdad porque así se lo dijeron, etc., etc., etc.
No quieren esas gentes entender que este mundo es un «Gimnasio Psicológico» mediante el cual sería posible aniquilar esa fealdad secreta que todos llevamos dentro...
Si esas pobres gentes comprendieran el estado tan lamentable en que se encuentran, temblarían de horror. Empero, tales personas piensan siempre de sí mismas lo mejor; se jactan de sus virtudes, se sienten perfectas, bondadosas, serviciales, nobles, caritativas, inteligentes, cumplidoras de sus deberes, etc.
La vida práctica como escuela es formidable pero tomarla como un fin en sí misma, es manifiestamente absurdo.
Quienes toman la vida en sí misma, tal como se vive diariamente, no han comprendido la necesidad de trabajar sobre sí mismos para lograr una «Transformación Radical». Desgraciadamente las gentes viven mecánicamente, nunca han oído decir algo sobre el trabajo interior...
Cambiar es necesario pero las gentes no saben como cambiar; sufren mucho y ni siquiera saben porque sufren...
Tener dinero no es todo, la vida de muchas personas ricas suele ser verdaderamente trágica...

chistes y cosas graciosas 3 ( por beli)

Kerido Zanta, Me gustara un gujete del espazio pala Navidad. Ezido muy buen nino este ano. Tu amijo Marco Querido Marco: Buena ortografía ehhhhh.... ¡paleto de mierda! Definitivamente tendrás una brillante carrera... ¡COMO JARDINERO! ¿Qué te parece si mejor te mando un libro de ortografía? Y por cierto le voy a mandar el juguete del espacio a tu hermano, ¡por lo menos él sí sabe escribir! Santa
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Querido Santa He sido una muy buena niña todo el año. Lo único que te pido es paz y amor para todo el mundo. Con amor, LOLI Querida LOLI: ¿Tus papás fuman marihuana, verdad? Santa --------------------------------------------------------------------------------
Querido Santa, Llevo tres años pidiéndote un camión de bomberos. Por favor, este año tráeme un camión de bomberos. Gracias. Luis Querido Luis, Me joden los rogones, pero en fin, discúlpame por favor. Cuando estés dormido voy a incendiar tu casa. Así podrás tener en tu hogar todos los camiones de bomberos que quieras. Santa
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Querido Santa No se si puedas, pero este año me gustaría que juntaras a mis papás otra vez, la verdad a veces extraño mucho a papi. Con amor, Juan Querido Juan, ¿Y qué quieres?, ¿que arruine la relación entre tu papá y su secretaria? Si se está divirtiendo como enano con unas tetas de verdad. Mejor te regalo unos Legos. Santa
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Querido Santa, Quiero una bici, una nintendo, un tren, unos muñecos, un perro, un pony y una guitarra eléctrica. Con amor, Tiburcio Querido "T i b u r c i o", ¿algo más que se te ofrezca? ¿Quién coño le pone a su hijo Tiburcio? No te quiere nadie en tu casa ¿verdad? Santa --------------------------------------------------------------------------------
Querido Santa Te dejé unas galletas con leche abajo del árbol y unas zanahorias para tus renos. Con amor, Susana Querida Susana, La leche me da diarrea y las zanahorias hacen que los renos se pedorreen en mi cara.. Si en realidad quieres andar de sobórname mejor regálame una botella de Chivas, unos Toblerones y convence a tu mami que se ponga el picardías que usa con el carpintero. Santa
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Querido Santa, ¿de verdad nos ves por la noche cuando dormimos, como dice la canción? Jessica Querida Jessica, ¿En serio eres así de ingenua? Suerte en la vida, ¿ehhhhh? Este año me voy a saltar tu casa por tonta. Santa
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Querido Santa, Porfa, porfa, porfa, porfa. Este ano quiero un perrito. ¿Me lo traes? PORFA, PORFA, PORFA! Paquito Paquito, Esos jodidos berrinchitos con tanta intensidad a lo mejor funcionan con tus padres, ya que eres adoptado y te toleran todo, pero aquí esa mierda no la toleramos!, Te voy a mandar un pijama otra vez. Y AÑO es con eñe, ¿o es quieres el perrito por el ano? Santa

chistes y cosas graciosas 1 (por beli)

¿Quién dijo lo siguiente?:
A mí lo que me revientan son los camiones. El sapo.
Estoy hecho pedazos. Frankenstein.
Mi novio es una bestia. La bella.
Mi mamá es una rata. Mickey Mouse.
Nunca pude estudiar derecho. El jorobado de Notredame.
Tengo nervios de acero. Robocop.
Al fin solos. El ermitaño.
Me choca la gente que no da la cara. Anónimo.
Me encanta ir a la escuela. Un piojo.
Estoy en cinta. Scotch.
Que hermosa es la humanidad. Un caníbal.
Nosotras apoyamos la liberación femenina. Cárcel de mujeres.
Devuélvanme mi capa. El ozono.
Estoy cansada de coser botones. La mamá de Superman.
Vayamos al grano. Un dermatólogo.
Me las pagarás. Fondo monetario internacional.
Digamos no al paro. Un cardiaco.
Si hay algo que me revienta son los alfileres. Un globo.
Mi padre es un viejo verde. Hulk.
En mi casa nos llevamos a patadas. Bruce Lee.
Mi novia es una perra. Pluto.
Seamos claros. Un albino.
Es mejor dar que recibir. Un boxeador.
Mi madre es una arrastrada. Una víbora

jueves, 4 de octubre de 2007

ATILA:Rey de los Hunos


Pertenecían a la raza mongólica, procedían de las estepas de Asia y llevaban una vida nómada. Estas tribus, que en un principio habían estado sometidas a unos príncipes del Asia central, constituyeron más tarde un gran imperio que se extendía desde el Cáucaso hasta el Elba. Parece ser que al verse empujados por la expansión china, los hunos se retiraron hacia el Oeste y cayeron sobre los alanos y demás pueblos godos, los cuales, a su vez, huyeron hacia el Oeste. Un historiador antiguo los describe así: "Los hunos son de baja estatura, anchos de hombros, robustos los miembros y grande la cabeza. Viven como animales. Se alimentan de raíces, plantas silvestres y de carne que maceran entre sus muslos y el lomo de sus caballos. Una túnica de lino o de pieles de rata es su vestidura, que no se quitan hasta que se les pudre sobre el cuerpo. Se diría que están clavados sobre sus feos pero resistentes caballos. Son crueles y feroces."
El caudillo de los hunos fue un guerrero legendario que vivió a mediados del siglo V, llamado Atila. De él se cuenta que se dirigió hacia Occidente y atravesó el Rin al frente de medio millón de guerreros, mientras los pueblos huían ante él aterrorizados. Sin hallar apenas resistencia, llegó a Orleans, donde el "magister militum" Aecio, en unión del rey visigodo Teodorico, habían reunido bajo su mando a las legiones galo romanas, a los visigodos, burgundios y francos. Librase una gran batalla en los Campos Cataláunicos (o Campos Máuricos), donde los hunos fueron vencidos en la jornada más sangrienta que registran los anales antiguos. Sobre el campo de batalla quedaron más de 180.000 hunos. Atila volvió a Germania y al año siguiente invadió Italia, llegando hasta las puertas de Roma. El papa León salió a su encuentro, le instó a que respetara la ciudad y Atila se retiró, aunque se cree que fue debido a una plaga mortal que asolaba toda esa zona.
La muerte le sorprendió cuando intentaba realizar un nuevo ataque contra Bizancio (453). No es cierto que Atila fuera una bestia salvaje ni tampoco el "azote de Dios", ni que donde pisaba su caballo no volvía a crecer la hierba. Tales apelativos le fueron aplicados por el pánico que producían sus avances. La capital de su imperio fue Panonia (cerca de la moderna Tokai). En esta ciudad se desplegaba tanto lujo y magnificencia como en Roma, Constantinopla y Ravena. Las esposas de los poderosos usaban joyas de gran valor hasta el punto que era cosa corriente llevar incrustadas perlas en los zapatos. Atila, sin embargo, vestía como un pastor y comía en vasija de madera. Su imperio, basado en la energía y el prestigio de su persona, se disgregó a raíz de su muerte. Casi al mismo tiempo, desaparecía el Imperio Romano de Occidente. En el año 476, Odoacro, rey de los hérulos, destronó al último emperador de Occidente, Rómulo (conocido por el apodo de "Augústulus"). Desde este momento los reyes bárbaros se convirtieron en soberanos de los romanos.
Fuente Consultada: Consultora Tomo 7

domingo, 30 de septiembre de 2007

REBELDÍA PSICOLÓGICA

No está demás recordar a nuestros lectores, que existe un punto matemático dentro de nosotros mismos... Incuestionablemente tal punto, jamás se encuentra en el pasado, ni tampoco en el futuro...
Quien quiera descubrir ese punto misterioso, debe buscarlo aquí y ahora, dentro de sí mismo, exactamente en este instante, ni un segundo adelante, ni un segundo atrás...
Los dos palos Vertical y Horizontal de la santa cruz, se encuentran en este punto...
Nos hallamos pues de instante en instante ante los dos caminos: el Horizontal y el Vertical...
Es ostensible que el Horizontal es muy «cursi», por él andan «Vicente y toda la gente», «Villegas y todo el que llega», «Don Raymundo y todo el mundo»...
Es evidente que el Vertical es diferente; es el camino de los rebeldes inteligentes, el de los revolucionarios...
Cuando uno se acuerda de sí mismo, cuando trabaja sobre sí mismo, cuando no se identifica con todos los problemas y penas de la vida, de hecho va por la senda Vertical...
Ciertamente jamás resulta tarea fácil eliminar las emociones negativas; perder toda identificación con nuestro propio tren de vida; problemas de toda índole, negocios, deudas, pago de letras, hipotecas, teléfono, agua, luz, etc., etc., etc.,
Los desocupados, aquellos que por tal o cual motivo han perdido el empleo, el trabajo, evidentemente sufren por falta de dinero y olvidar su caso, no preocuparse, ni identificarse con su propio problema, resulta de hecho espantosamente difícil.
Quienes sufren, quienes lloran, aquellos que han sido víctimas de alguna traición, de un mal pago en la vida, de una ingratitud, de una calumnia o de algún fraude, realmente se olvidan de sí mismos, de su Real Ser íntimo, se identifican completamente con su tragedia moral...
El trabajo sobre sí mismo es la característica fundamental del Camino Vertical. Nadie podría hollar la Senda de la Gran Rebeldía, si jamás trabajase sobre sí mismo...
El trabajo sobre el que nos estamos refiriendo es de tipo Psicológico; se ocupa de cierta transformación del momento presente en que nos encontramos. Necesitamos aprender a vivir de instante en instante...
Por ejemplo: una persona que se encuentra desesperada por algún problema sentimental, económico o político, obviamente se ha olvidado de sí misma... Tal persona si se detiene un instante, si observa la situación y trata de recordarse a sí mismo y luego se esfuerza en comprender el sentido de su actitud...
Si reflexiona un poco, si piensa en que todo pasa; en que la vida es ilusoria, fugaz y en que la muerte reduce a cenizas a todas las vanidades del mundo...
Si comprende que su problema en el fondo no es más que una «llamarada de petate», un fuego fatuo que pronto se apaga, verá de pronto con sorpresa que todo ha cambiado...
Transformar reacciones mecánicas es posible mediante la confrontación lógica y la Auto-Reflexión íntima del Ser...
Es evidente que las gentes reaccionan mecánicamente ante las diversas circunstancias de la vida...
¡Pobres gentes!, suelen siempre convertirse en víctimas. Cuando alguien les adula sonríen; cuando les humillan sufren. Insultan si se les insulta; Hieren si se les hiere; nunca son libres; sus semejantes tienen poder para llevarles de la alegría a la tristeza, de la esperanza a la desesperación.
Cada persona de esas que van por el camino Horizontal, se parece a un instrumento musical, donde cada uno de sus semejantes toca lo que le viene en gana...
Quien aprende a transformar las relaciones mecánicas, de hecho se mete por el «Camino vertical».
Esto representa un cambio fundamental en el Nivel de Ser, resultado extraordinario de la «Rebeldía Psicológica».

jueves, 27 de septiembre de 2007

Bromas ( o no) de anda ya - programa de radio

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Biografía de Alejandro Magno

Fue educado por su padre en el arte de la guerra y por Aristóteles en el ámbito intelectual. A temprana edad ya pudo demostrar sus aptitudes militares. Fue el rey de Macedonia y conquistó el inmenso Imperio persa, llegando incluso hasta la India. Logró forjar su sueño formando un gran imperio que unió Oriente y Occidente. Pero luego de su muerte, rápidamente este sueño se evaporó y el vasto imperio fue desmembrado entre sus diferentes generales.
La magnificencia de un sueñoNació en Pella, actual Grecia, en el año 356 a.C. Fue hijo del monarca macedonio Filipo II y de Olimpia. Aristóteles, el sabio más eminente de la época, lo instruyó en diversas disciplinas (retórica, filosofía, geografía, historia, política y ciencias físicas y naturales). Asimismo fue preparado en el arte de la guerra por su padre, un hábil estratega.
A los 16 años su padre le encomendó el gobierno de Macedonia y en el 338 tuvo una intervención destacada en la batalla de Queronea, donde demostró sus aptitudes militares dirigiendo la caballería macedonia frente a los tebanos. En 336, con 20 años, debido al asesinato de su padre ascendió al trono de Macedonia. Apenas sumido en este reinado, hubo una sublevación de varias ciudades griegas, por lo que Alejandro marchó contra ellas destruyendo Tebas, principal foco de la rebelión. Seguidamente se hizo conceder, en Corintio, el título de general en jefe para la lucha contra los persas.
En el 334, al frente de un ejército de 40.000 hombres, Alejandro inició una gran campaña contra Persia, enemiga de los helenos. La victoria sobre los persas en el río Gránico le permitió la conquista de Licia, Panfilia, Pisidia y Frigia, logrando así el dominio sobre Asia.
En el 333 derrotó al ejército del rey persa, Darío III, en Isos, triunfo que le permitió la entrada a Oriente Medio. Luego conquistó Siria, Tiro, Gaza e Israel y, para asegurarse el abastecimiento de trigo, se adueñó de Egipto. En el delta del Nilo fundó la ciudad de Alejandría, destinada a convertirse en uno de los principales centros culturales de la Antigüedad (332 a.C.).
Dominado todo el Mediterráneo oriental, en el 331 volvió hacia el norte y, después de atravesar el éufrates y el Tigris, venció en Gaugamela -cerca de Arbelas- a Darío III, quien se vio obligado a huir. Al poco tiempo murió asesinado por Bessos.
Entre los años 331 y 327, las tropas griegas avanzaron con facilidad por Mesopotamia, ocupando las ciudades de Babilonia, Susa, Pasargada y Persépolis, y conquistando las satrapías orientales de Sogdiana y Bactriana, donde Bessos fue apresado y ejecutado por traidor. De esta forma, el monarca macedonio se convirtió en soberano de los persas, hecho que lo elevó a la categoría de divinidad ante sus nuevos súbditos.
Fue entonces cuando Alejandro comenzó a ver hacerse realidad su sueño: un gran imperio que uniera Oriente y Occidente, y que integrara la cultura helénica con la asiática, por lo que fomentó los matrimonios masivos entre griegos y persas; y él mismo, en el año 328, se casó con la princesa Roxana, quien le dio un hijo póstumo.
La reorganización de aquel gran Imperio se inició con la unificación monetaria, que generó la creación de un mercado inmenso; se impulsó el desarrollo comercial con expediciones geográficas (como la mandada por Nearcos, cuya flota descendió por el Indo y remontó la costa persa del índico y del golfo Pérsico hasta la desembocadura del Tigris y el éufrates). También se construyeron carreteras y canales de riego. La fusión cultural se hizo imponiendo el griego como lengua común. Y se fundaron unas 70 ciudades nuevas, la mayor parte de ellas con el nombre de Alejandría (la principal en Egipto y otras en Siria, Mesopotamia, Sogdiana, Bactriana, India y Carmania).

Ya en Babilonia, en el 323 a.C., mientras preparaba la conquista de Arabia, se enfermó de unas fiebres y murió a los 33 años, tras casi trece años de reinado. Tras su desaparición, el vasto imperio que había conseguido forjar se desvaneció con rapidez, ya que fue desmembrado entre sus diferentes generales (los diádocos): Seleuco, Ptolomeo, Antígono, Lisímaco y Casandro. Los Estados resultantes fueron los llamados reinos helenísticos, que mantuvieron durante los siglos siguientes el ideal de Alejandro de trasladar la cultura griega a Oriente, al tiempo que dejaban penetrar las culturas orientales en el Mediterráneo.
El cuerpo de Alejandro fue enterrado por su general Tolomeo en Alejandría de Egipto, mientras se le tributaban honores divinos en Egipto y Grecia.

Marie Curie


Marja Skłodowska Curie nació en Varsovia el 7 de noviembre de 1867 y murió en Sanllemoz, Alta Saboya el 4 de julio de 1934. Fue una científica pionera en el estudio de las radiaciones. En la época de su nacimiento, Polonia estaba ocupada por la Rusia zarista. Era hija de un matrimonio culto, su padre era profesor de matemáticas y física y su madre, de música. Pese a tener trabajo, sus recursos eran escasos. Su madre murió, siendo ella muy pequeña, de tuberculosis. Marie a los cuatro años ya sabía leer perfectamente. Más adelante se interesa por el estudio de la física y se gradúa a los 15 años. Continúa sus estudios tomando clases clandestinas porque en Polonia las mujeres no tenían permiso para asistir a la Universidad. Estas clases estaban a cargo de antiguos universitarios y se conocían con el nombre de universida volante.
Con la ayuda de una hermana radicada en Francia, Marie se traslada a París en 1891 para estudiar química y física en La Sorbona. Enseguida se destaca por su gran capacidad de estudio, su dedicación y su vida austera. Fue la primera mujer en enseñar en las aulas de esta institución.
En 1893 obtiene la licenciatura en física y el primer lugar de su promoción y en 1894 se licencia en matemáticas. En este año también conoce al que sería su marido, Pierre Curie, que era profesor de física. Los dos empiezan a trabajar juntos en los laboratorios y se casan en 1895. En ese año se descubren los rayos X y en 1896 la radioactividad natural. Marie es animada por Pierre para hacer su tesis doctoral sobre este último descubrimiento. En 1897 nace su primera hija Irene. En 1898 Marie descubre que la radioactividad era una propiedad intrínseca del átomo. Tras varios años de trabajo constante, aíslan dos nuevos elementos químicos: al primero lo denominan polonio en referencia a su país nativo, y el otro, radio debido a su intensa radiactividad. En 1902 presentan el resultado de sus investigaciones y obtienen el reconocimiento de la comunidad científica. Son invitados a numerosas charlas y reuniones. Tanto Pierre como Marie aceptan brindar todas sus investigaciones sin querer lucrarse de ello mediante patentes, un hecho que es aplaudido por todo el mundo. Marie funda y dirige el Instituto del Radium en París.
Junto a Pierre Curie y Henri Becquerel, fue galardonada con el Premio Nobel de Física, en 1903 "en reconocimiento de los extraordinarios servicios rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación descubierta por Henri Becquerel". Fue la primera mujer que obtuvo tal galardón. Un tiempo después Pierre obtiene una cátedra en La Sorbona. En 1904 nace su segunda hija, Eve.
El 19 de abril de 1906, un accidente pone fin a la vida de Pierre Curie. Marie queda muy afectada pero continúa trabajando y asume la Cátedra de su esposo en La Sorbona, convirtiéndose en la primera mujer autorizada para enseñar en esta institución.
En 1911 obtiene el Premio Nobel de Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio y sus investigaciones sobre la naturaleza y enlaces químicos de estos elementos. Con una actitud desinteresada, no patentó el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica. Fue la primera persona a la que se le concedieron dos Premios Nobel en dos diferentes campos.
Durante la Primera Guerra Mundial Curie propuso el uso de la radiografía móvil para el tratamiento de soldados heridos. Su hija Irène empieza a ayudarla con 18 años. En 1921 visitó los Estados Unidos, donde fue recibida triunfalmente. Curie murió cerca de Salanches, Francia, en 1934 por leucemia, debida seguramente a la exposición masiva a la radiación durante su trabajo. Su hija mayor también obtuvo el Premio Nobel de Química en 1935, por su descubrimiento de la radiactividad artificial, al año siguiente de su muerte. En 1995 sus restos fueron trasladados al Panteón en París, convirtiéndose así en la primera mujer en ser enterrada en él.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Esparta: El pueblo guerrero

Esparta no tenía ejército, lo era. La pequeña población de Lacedemonia fue, en efecto, el primer Estado militar de la historia: sus habitantes, peones cuyo único objetivo era la total sumisión a las leyes e intereses de la patria. Desde entonces el término espartano califica todo aquello que recuerda la regla ascética y los criterios de disciplina que imprimieron la vida de los lacedemonios.
Llegados del norte hacia el año 1.200 antes de Cristo, los dorios transformaron el mundo griego bajo su empuje. Con ellos, Europa occidental, hasta entonces una región salvaje y muda frente a los imperios orientales, se afirmó como rival. Porque los dorios, a diferencia de otros pueblos como los aqueos o los jonios, no fueron unos invasores pacíficos. Fue una casta conquistadora que se asentó primero en el valle de Laconia y años después en la llanura vecina de Mesenia, al sur del Peloponeso, infundiendo en todo el mundo mediterráneo una nueva y desconocida organización social. En la estructura social rígidamente jerarquizada de Esparta, el campesino pasivo y conservador dejaba paso preferente al soldado. En ella sólo la minoría ciudadana poseía plenos derechos civiles y políticos. La mayoría restante eran los ilotas, antiguos pobladores de Esparta que fueron esclavizados para cultivar las tierras. Sobre esa masa de desheredados se elevaban los periecos, habitantes sometidos pero libres de las zonas alejadas que no habían sido confiscadas durante la invasión y dedicados al comercio y la artesanía.
Junto a los templos de Artemisa y Atenas, los cuarteles caracterizaron la silueta de la ciudad. Pero no sólo su perfil arquitectónico, también la atmósfera de la ciudad se impregnó del carácter castrense, quizá como resultado de su propia estructura social. Inquietas por la desproporción numérica entre ciudadanos libres y desheredados, y la desigualdad social que originaba la hostilidad de los ilotas y el descontento de los periecos, las autoridades espartanas instituyeron un estado de semisitio permanente para evitar cualquier revuelta interna. Así todas las instituciones primitivas y el conjunto de leyes, atribuidas al héroe legendario Licurgo, estuvieron dirigidas a formar a todos y cada uno de los espartanos libres en soldados profesionales.
La férrea disciplina espartana comenzaba ni bien llegaba el niño al mundo: el recién nacido era adoptado por el Estado y desde los siete a los veinte años instruido por el agoge, una severa educación destinada a templar su carácter. Al poco de nacer los niños eran presentados desnudos a una comisión de ancianos de la comunidad para que los examinara. Los débiles o deformes, incluso los cortos de talla no aprobaban el examen y eran arrojados por un barranco desde el pico del monte Taigeto.
Cumplidos los siete años el niño era arrancado del hogar familiar. A partir de entonces y hasta los veinte el chico entraba a formar parte de los cuarteles juveniles donde, a través de una compleja jerarquía de clases de edades y pruebas de iniciación, era formado e instruido en las artes de la guerra. Durante la mayor parte del año los alumnos dormían al raso sobre esteras porque así tendrían que hacerlo también en los campos de batalla. Además de enseñarles a leer, escribir y los rudimentos matemáticos, la formación del joven espartano iba dirigida exclusivamente a convertirle en hoplita: desarrollar su fortaleza y resistencia física, a la par que someterle a duros ejercicios de supervivencia y constantes entrenamientos para ejercitar su destreza con la lanza y espada. El espartano seguía viviendo militarmente en barracas o tiendas sin conocer las comodidades caseras hasta los treinta años. Se lavaba poco, ignoraba la existencia del jabón, debía procurarse la comida y costear sus propias armas.
Aunque a partir de los treinta el joven soldado podía regresar a su casa y tomar esposa, hasta los sesenta vivía en una especie de movilización permanente. Comía en mesas comunales y acudía esporádicamente a ver a su mujer, preferentemente por las noches.
Naturalmente esa severa disciplina entre la casta guerrera, así como su injusta estructura social, sólo podía mantenerse si Esparta sostenía un absoluto aislamiento con el mundo exterior. Favorecidos por la cadena montañosa que circundaba el valle y dificultaba los contactos con otras ciudades helenas, los órganos gubernamentales hicieron todo lo posible por cortar el paso a las ideas progresistas de justicia social para no perder sus privilegios patronales.
Curiosamente el modelo social de Esparta, pueblo para el que las virtudes masculinas como la valentía o la fuerza eran valores absolutos, no puede encajarse en el tradicional sistema patriarcal. Salvo en algunos asuntos de gobierno, la mujer en Esparta estuvo equiparada socialmente al hombre. Esa elevada posición no tuvo ningún otro ejemplo en el resto del mundo griego. Ni siquiera en la democrática Atenas, donde la mujer siempre se mantuvo en segundo plano, a la sombra del varón.
Dicen que pudo ser porque los dorios fue la única tribu de la comunidad helena que trajo consigo a sus propias mujeres para asentarse en las regiones conquistadas. Los demás nunca se atrevieron a viajar con ellas, dejándolas atrás en sus patrias de origen, por lo que, como luego hicieron los romanos con las sabinas, se vieron obligados a raptar a las féminas del lugar, que siempre serían consideradas ciudadanas de segunda.
Por el contrario en Esparta la igualdad de los sexos fue absoluta como lo demuestra el hecho de que sólo los hijos de espartana recibían la titularidad de ciudadanía. Esa equiparación pudo ser fruto de la semimovilización permanente a la que estuvo sometido el varón espartano hasta que cumpliera los sesenta años. Las tareas encomendadas a la mujer de Esparta abarcaban muchos aspectos: se encargaban de gobernar los hogares y administrar las finanzas de la familia, tenían responsabilidad absoluta para educar a sus hijos hasta que cumplieran la edad prescrita para que ingresaran en los cuarteles juveniles y se ocupaban de supervisar el trabajo de sus ilotas. Las niñas espartanas recibían una educación similar a la de los muchachos: además de leer y escribir, aprendían música y danza, y se les incluían el deporte y la gimnasia como disciplina obligatoria. Las competencias deportivas solían ser con frecuencia mixtas y ningún espartano se avergonzó nunca de ser vencido por una mujer en el encuentro. La juventud de Esparta tampoco conocía el pudor porque desde temprana edad los contrincantes contendían desnudos en la palestra.
Las constantes batallas y conflictos internos habían ido desangrando las tropas, reduciendo peligrosamente la población militar que habitaba sus cuarteles. Así, mientras que en el año 490 a. de C. el ejército lacedemonio contaba con 8000 hoplitas, sólo trescientos años después la cifra había disminuido a 700.
Al hablar así de la historia de Esparta podríamos preguntarnos: ¿Fue realmente un pueblo tan violento? Ciertamente Esparta se distinguió por ser una irrefrenable máquina de guerra pero nunca por un carácter sanguinario o cruel. Sucede que los espartanos, tan disciplinados para muchas cosas, nunca se preocuparon por dejar testimonio alguno de sus costumbres y actividades, y las noticias que nos han llegado se deben única y exclusivamente a la afilada pluma de autores e historiadores atenienses.
Hoy podemos afirmar que las tropas espartanas respetaron y observaron siempre las normas que regían las campañas bélicas de la época. Jamás atacaron o asaltaron al enemigo en contra de la voluntad de sus dioses. Como era costumbre, antes de comenzar la lucha, sacrificaban un animal para consultar el deseo divino. Si los signos de la víctima eran de mal agüero, posponían la batalla hasta que éstos les fueran más propicios. Cuenta Tucídides que en la batalla de Platea (479 a. de C.), que enfrentó a Esparta con el ejército persa, ningún hoplita lacedemonio movió un dedo hasta que finalizaron los rituales de sacrificio, a pesar de que las flechas enemigas habían comenzado a causar las primeras bajas en sus filas.
Humilde y desinteresada, Esparta permitió a Atenas llevarse la gloria y los laureles de salvar la Hélade. Preocupada antes porque su régimen militar mantuviera el orden interno del Estado que por dominar los mares, no dispuso de armada, dejando el campo libre para que Atenas acaparara la hegemonía marítima. Unicamente respondió con toda la fuerza de lo que era capaz cuando el mundo griego se vio seriamente amenazado por la invasión del poderoso ejército persa. Fue precisamente en el desfiladero de las Termópilas (480 a. de C.) donde Esparta libró la última pero la más genial de las batallas de su historia. Allí el heroico comportamiento de los 300 hoplitas lacedemonios comandados por su rey Leónidas ha pasado a la historia como ejemplo de lealtad patriótica. Durante dos días el escaso contingente espartano supo mantener en jaque a los temibles arqueros del persa Jerjes, sucumbiendo al fin bajo una densa lluvia de flechas, pero fieles al estribillo que las madres de Esparta cantaban cuando sus hijos iban a la guerra: "Vuelve con el escudo o encima de él."

domingo, 23 de septiembre de 2007

La escalera maravillosa


Tenemos que anhelar un cambio verdadero, salir de esta rutina aburridora, de esta vida meramente mecanicista, cansona... Lo que primero debemos comprender con entera claridad es que cada uno de nosotros ya sea burgués o proletariado, acomodado o de la clase media, rico o miserable, se encuentra realmente en tal o cual Nivel de Ser.
El nivel de ser del borracho es diferente al del abstemio y el de la prostituta muy distinto al de la doncella. Esto que estamos diciendo es irrefutable, irrebatible...
Al llegar a esta parte de nuestro capítulo, nada perdemos con imaginarnos una escalera que se extiende de abajo hacia arriba, verticalmente y con muchísimos escalones...
Incuestionablemente en algún escalón de éstos nos encontramos nosotros; escalones abajo habrá gentes peores que nosotros; escalones arriba se encontrarán personas mejores que nosotros...
En esta vertical extraordinaria, en esta escalera maravillosa, es claro que podemos encontrar todos los Niveles de Ser... cada persona es diferente y esto nadie puede refutarlo...
Indubitablemente no estamos ahora hablando de caras feas o bonitas, ni tampoco se trata de cuestión de edades. Hay gentes jóvenes y viejas, ancianos que ya están para morir y niños recién nacidos...
La cuestión del tiempo y de los años; eso de nacer, crecer, desarrollarse, casarse, reproducirse, envejecerse y morir, es exclusivo de la horizontal...
En la «Escalera maravillosa», en la vertical el concepto tiempo no cabe. En los escalones de tal escala sólo podemos encontrar Niveles de ser...
La esperanza mecánica de la gente no sirve para nada; creen que con el tiempo las cosas serán mejores; así pensaban nuestros abuelos y bisabuelos; los hechos precisamente han venido a demostrar lo contrario...
El nivel de ser es lo que cuenta y esto es vertical; nos hallamos en un escalón pero podemos subir a otro escalón...
La “Escalera maravillosa” de la que estamos hablando y que se refiere a los distintos Niveles de Ser, ciertamente, nada tiene que ver con el tiempo lineal...
Un nivel de ser más alto está inmediatamente por encima de nosotros de instante en instante... No está en ningún remoto futuro horizontal, sino aquí y ahora; dentro de nosotros mismos; en la vertical...
Es ostensible y cualquiera lo puede comprender, que las dos líneas -Horizontal y vertical- se encuentran de momento en momento en nuestro interior Psicológico y forman Cruz...
La personalidad se desarrolla y desenvuelve en la línea horizontal de la vida. Nace y muere dentro de su tiempo lineal; es perecedera; no existe ningún mañana para la personalidad del muerto; no es el Ser
Los niveles del Ser; el Ser mismo, no es del tiempo, nada tiene que ver con la línea horizontal; se encuentra dentro de nosotros mismos. Ahora, en la vertical...
Resultaría manifiestamente absurdo buscar a nuestro propio Ser fuera de sí mismos...
No está de más sentar como corolario lo siguiente: Títulos, grados, ascensos, etc., en el mundo físico exterior, en modo alguno originarían exaltación auténtica, revaluación del ser, paso a un escalón superior en los Niveles del Ser...