BIENVENIDOS

...Sirvan estas líneas a modo de homenaje y agradecimiento a cuantos se cruzaron en mi camino y me aportaron alguna porción de esa esencia de la vida, cuyo conjunto hizo y hace que ésta merezca la pena ser transitada, especialmente a aquellos cuya capacidad de disfrutar haciendo disfrutar a otros, admiro, venero y agradezco, cuyo afán por ello les deseo sea devuelto merecidamente día tras día.

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domingo, 7 de septiembre de 2008

Cosas que pasan


El novio de una amiga que fue a Madrid, por motivos de trabajo, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas, aprovechó que estaba allí y encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas para hacerle un regalo, entró en una óptica donde había muchas ofertas.

Después de ver unas cuantas, se decidió y le compró unas. La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta pero, al marcharse, en lugar de coger la caja con las gafas, cogió otra muy parecida que había al lado y que contenía unas bragas que, seguramente, alguna clienta de las que había en la óptica se acababa de comprar y dejó ahí olvidadas.

Como buen despistado que es, no se dio cuenta de la equivocación, se fue directamente a correos y le envió la caja a su novia, junto con una carta. La novia recibió el paquete y se quedó extrañada al ver las bragas, así que leyó la carta que decía:

"Querida Laura:

Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo con las otras que tenías y éstas son cosas que se deben cambiar de vez en cuando.

Espero también haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda y amablemente me enseñó las suyas, que eran iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras y cómodas, cogí y me las probé allí mismo. No sabes como se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos que no son como los tuyos.

Una chica que había allí me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo pudiera ver el efecto que hacían en ella. Las vi estupendas, a ella le caian muy bien, así que me decidí y las compré.

Póntelas y enséñalas a tus padres, a tus hermanos y en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas y más ahora que has estado un tiempo sin llevar ningunas. Póntelas para ir a la calle, que todo el mundo note que las tienes.

Si te están muy pequeñas me lo dices, que si no te van a dejar señal cuando te las quites. Ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que vayas andando y se te caigan.

Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tienes la costumbre de quitártelas en cualquier sitio para que todos vean tus encantos. En fin, para que te voy a decir nada más, estoy deseando vértelas puestas, ya te echo de menos.

Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte.
Un beso... Miguel.

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