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...Sirvan estas líneas a modo de homenaje y agradecimiento a cuantos se cruzaron en mi camino y me aportaron alguna porción de esa esencia de la vida, cuyo conjunto hizo y hace que ésta merezca la pena ser transitada, especialmente a aquellos cuya capacidad de disfrutar haciendo disfrutar a otros, admiro, venero y agradezco, cuyo afán por ello les deseo sea devuelto merecidamente día tras día.

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martes, 29 de julio de 2008

La Rosa del Jardinero



Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente de cristal;
era a su borde asomada,
una rosa inmaculada de un rosal.

Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero del vergel,
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro para él.

A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:

—Rosa la más delicada
que por mi amor cultivada nunca fue;
rosa, la más encendida,
la más fragante y pulida que cuidé;
blanca estrella que del cielo
curiosa del ver el suelo resbaló;
a la que una mariposa
de mancharla temerosa no llegó.

¿Quién te quiere? ¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en tu rosal?

¿Tú no sabes que es grosero
el mundo? ¿Que es traicionero el amor?
¿Que no se aprecia en la vida
la pura miel escondida en la flor?

¿Bajo qué cielo caíste?
¿A quién tu tesoro diste virginal?
¿En qué manos te deshojas?
¿Qué aliento quema tus hojas infernal?
¿Quién te cuida con esmero
como el viejo jardinero te cuidó?
¿Quién por ti sólo suspira?
¿Quién te quiere? ¿Quién te mira como yo?

¿Quién te miente que te ama
con fe y con ternura igual?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?

¿Por qué te fuiste tan pura
de otra vida a la ventura o al dolor?
¿Qué faltaba a tu recreo?
¿Qué a tu inocente deseo soñador?

En la fuente limpia y clara
¿espejo que te copiara no te di?
¿Los pájaros escondidos,
no cantaban en sus nidos para ti?
¿Cuando era el aire de fuego,
no refresqué con mi riego tu calor?
¿No te dio mi trato amigo
en las heladas abrigo protector?
¿Quién para sí te reclama?
¿te hará bien o te hará mal?
¿Quién te llevó de la rama
que no estás en tu rosal?

Así un día y otro día,
entre espinas y entre flores,
el jardinero plañía
imaginando dolores,
desde aquel en que a la fuente
un caballero llegó
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.

Álvarez Quintero, Serafín y Joaquín

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